Tras titularse como Médico-Cirujano en la Universidad de Chile en 1997, y trabajar como médico general de zona en el Hospital de Chanco, recibió el postítulo en Cirugía General en la Universidad de Valparaíso (2003) y el de Cirugía Vascular en la Pontificia Universidad Católica de Chile (2005). Posee, además, la acreditación CONACEM en Cirugía General y Cirugía Vascular. Hoy, y desde 2006, es parte del staff médico de Clínica Indisa y ejerce como profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Andrés Bello. Antes, y durante 15 años, trabajó en el Hospital Militar de Santiago.
En la actualidad, cuando el desarrollo de la internet ha traído consigo un cambio radical en la forma como los usuarios acceden a la información y surgen nuevas formas de interactuar, comunicar y relacionarse, nos pareció interesante conversar con el doctor Olguín acerca de su experiencia en el uso de la virtualidad para temas de salud.
- La conexión virtual ocupa cada vez más espacio en las relaciones sociales; de hecho, se habla de eSalud y se ha acunado el término ePatient (ePacientes en español) para referirse a personas que utilizan la tecnología de información para cuidar aspectos de salud. A su juicio ¿qué cambios está provocando la internet en la relación médico – paciente?
El concepto de eSalud, o de Cibersalud, hace referencia en un sentido amplio a la prestación de servicios de salud y la gestión de los sistemas de salud, a través de mejorar el flujo de información mediante el uso de las tecnologías TIC, que indudablemente son un aporte a los objetivos de salud; me refiero a tecnologías como aplicaciones móviles, telemedicina, dispositivos wearables y los diversos sistemas de apoyo a la decisión clínica, entre otros.
El principal riesgo, sin embargo, está en el acceso rápido a la información. El problema es que el paciente no tiene cómo filtrar la información médica, y no tiene por qué saberlo. Es decir, este paciente tiene acceso a más cantidad de datos, pero que no necesariamente son los correctos o los que se vinculan a su situación particular. En la consulta, los médicos debemos ocupar un tiempo en confrontar esa información no filtrada, para aclarar todas las dudas que eso genera al paciente.
Si lo vemos por el lado positivo, la posibilidad de contar con información en línea y de obtener los datos que lo médicos necesitamos para mantenernos actualizados, respaldar nuestras publicaciones y clases o conferencias con evidencia seleccionada, claramente hemos ganado.
Además, las nuevas tecnologías nos permiten llegar con información sobre prevención y educación a los pacientes que ahora tienen acceso fácil a redes sociales, blogs y sitios web. Si somos capaces de generar contenidos sencillos pero útiles para la población, si sabemos encauzar esta información de manera positiva, como elemento de apoyo y prevención, vamos a estar ayudando no solo a que la consulta del e-Paciente sea en la especialidad correcta, sino también contribuyendo a promover estilos de vida saludables.
Otra ventaja es la interconexión entre pacientes que comparten sus experiencias, que si se hace con seriedad y respaldo médico, permite generar redes que contribuyen a facilitar ciertos aspectos de los tratamientos.
- Hoy en día Google tiene muchísima información sobre enfermedades, síntomas, tratamientos, etc. ¿Cuán útil y cuán riesgosa es esa información? ¿Cuál ha sido su propia experiencia con sus pacientes?
Como decía antes, el acceso fácil a buscadores en línea hace que los pacientes a veces se formen ideas inadecuadas o derechamente erróneas sobre sus condiciones patológicas. Al ingresar síntomas o signos aislados en la barra de búsqueda, un paciente recibe cientos o miles de resultados, sin un filtro científico riguroso, y quizás se deje llevar por el o los más llamativos, de manera que cuando enfrentamos este tipo de pacientes, lo que uno como médico pueda indicarle o plantearle respecto a su condición de salud ya es la segunda opinión: la primera se la formó basado en lo que encontró en internet.
En mi consulta, cuando una persona llega con información o ideas extraídas de búsquedas en línea, trato de darme el tiempo de explicar, incluso haciendo la misma búsqueda con él en la consulta, para demostrarle cómo llego a resultados del más diverso tipo, desde publicaciones en distintos idiomas o con lenguaje muy técnico hasta recomendaciones de blogs sin ningún valor científico. Yo digo a mis pacientes que son ellos los que deben tomar las decisiones a partir de la información que los médicos le entregamos; en mi consulta me doy el tiempo para contrastar esa información confusa que sacan de internet con la que yo, como especialista, puedo darles con mayor certeza respecto de su caso en particular.
Por último, quiero señalar el riesgo de caer en sitios que prometen curaciones milagrosas o fármacos de dudoso origen, convirtiendo la búsqueda de respuestas en una suerte de mercado persa de terapias sin respaldo científico.
- Usted es muy activo en redes sociales y, de hecho, tiene más de 16 mil seguidores en su Fan Page. ¿Qué importancia le atribuye a estas herramientas en la interacción con sus pacientes?
La Fan Page de Facebook y ahora la cuenta de Instagram han adquirido un gran valor como medio de información sobre todo en cuanto a prevención. Las publicaciones que hago se enfocan en promover estilo de vida saludable, incorporar diversos hábitos beneficiosos para mejorar la sintomatología de algunas patologías vasculares y orientar en cuanto al alcance de la Cirugía Vascular, que como especialidad es poco entendida por muchos pacientes.
Por supuesto, esto demanda tiempo. Yo no tengo un encargado de mantener el flujo de información ni de responder a los pacientes/seguidores, quizás eso algo que la gente valora: les respondo yo directamente e intento nunca dejar una pregunta sin responder. La mayoría de las cosas que consultan son sencillas y ya el tener una mínima orientación de parte del médico ayuda a las personas a bajar la ansiedad respecto a lo que padecen. Eso sí, soy enfático en señalar que lo que pueda responderles por estos medios digitales no pasa de ser una opinión, no reemplaza a una consulta médica y que nunca daré indicaciones de fármacos por esta vía. Por otro lado, la página web me permite mantener una portada visible, con datos de acceso rápido sobre mi formación profesional y una manera simple de acceder a los datos de contacto para agendamiento de horas. Mi página tiene también un formulario de contacto, que permite a los pacientes hacer consultas con una cantidad de caracteres restringidos, que yo mismo respondo. Pienso que hoy nadie puede quedarse fuera de los contenidos digitales.
- Hablemos específicamente de la Cirugía Vascular y Endovascular, ¿cuál cree usted que es su principal desafío para avanzar en el conocimiento que se tiene de esta especialidad?
El principal desafío es posicionar la especialidad de manera correcta en el público. Poca gente es la que en realidad sabe cuál es el campo de acción de un cirujano vascular. Poca gente diferencia al Cardiólogo del Cirujano Cardíaco o del Cirujano Vascular. Como miembro de SOCHIVAS, hacer que la gente tenga claro quiénes somos los Cirujanos Vasculares y cuándo consultar con uno de nosotros, es una tarea pendiente. También reforzar que la importancia de que la persona consulte siempre con un especialista bien formado y acreditado. Para esto, la página web y las redes sociales de SOCHIVAS tienen un rol fundamental y todos los socios debemos contribuir a su fortalecimiento.
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