Se estima que una de cada dos personas con Enfermedad Vascular Periférica (EVP) o Enfermedad Arterial Periférica (EAP) no presentan síntomas y que esta avanza a menudo de modo silencioso. Tiene una prevalencia de 5 por ciento en personas mayores de 40 años, mientras que en mayores de 70 es de un 15 por ciento y en pacientes con enfermedad coronaria aumenta a entre 30 y 50 por ciento.
¿Qué es la Enfermedad Vascular Periférica?
Se denomina así a un daño u obstrucción que se produce en los vasos sanguíneos más alejados del corazón, es decir, en las arterias y venas periféricas, encargadas de transportar sangre hacia y desde los músculos de los brazos y las piernas y hacia los órganos del abdomen. Si bien la enfermedad se presenta mayormente en las arterias de las piernas, también puede existir compromiso de arterias que irrigan otros órganos del cuerpo e incluso en las que llevan sangre a la cabeza o al corazón. Si el daño u obstrucción afecta sólo a las arterias y no a las venas, pasa a llamarse Enfermedad Arterial Periférica.
Síntomas
Aunque la mayoría de las personas no presenta síntomas o tienen síntomas leves, hay quienes experimentan un síntoma conocido como claudicación, que se refiere a dolores o calambres musculares en las piernas o los brazos, ocasionados por caminar u otra actividad, y que desaparecen tras algunos minutos de descanso. La ubicación del dolor depende del lugar de la arteria obstruida o estrechada, siendo más frecuente en la pantorrilla.
El paciente puede presentar uno o más de los siguientes signos o síntomas:
- Calambres dolorosos en los músculos de las caderas, muslos o pantorrillas después de realizar ciertas actividades, como caminar o subir escaleras (claudicación).
- Entumecimiento o debilidad.
- Sensación de frío en la parte inferior de la pierna o en el pie, en especial en comparación con la otra extremidad.
- Heridas que no sanan en los dedos de los pies, en los pies o en las piernas.
- Cambio de color en las piernas.
- Pérdida de vello o crecimiento lento del vello en pies y piernas.
- Crecimiento más lento de las uñas del pie.
- Piel brillante en las piernas.
- Falta de pulso o pulso débil en piernas o pies.
- Disfunción eréctil en los hombres.
Factores de riesgo
- Tabaquismo.
- Diabetes.
- Obesidad (índice de masa corporal mayor de 30).
- Presión arterial alta.
- Colesterol alto.
- Edad avanzada, en especial sobre 50 años.
- Antecedentes familiares de EVP/EAP, enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular.
- Niveles altos de homocisteína.
Consulte un especialista si:
- Tiene más de 65 años
- Tiene más de 50 años, pero tienes antecedentes de diabetes y tabaquismo
- Tiene menos de 50 años, pero tienes diabetes y cualquier otro de los factores de riesgo indicados anteriormente en este artículo.
Medidas de Prevención
- Abandonar el hábito de fumar.
- Si tiene diabetes, mantener bajo control el azúcar en la sangre.
- Hacer actividad física con regularidad y con aprobación del médico cuando se requiera.
- Bajar los niveles de colesterol y presión arterial si es necesario.
- Consumir alimentos bajos en grasas saturadas.
- Mantener un peso saludable.
Causas
La aterosclerosis – acumulación de depósitos grasos en las paredes de las arterias – suele afectar las arterias de todo el cuerpo, siendo la causa más frecuente de una enfermedad vascular o arterial periférica. En caso de producirse una obstruccion en las arterias de las extemidades se corre el riesgo de padecer claudicación o dolor al caminar o bien gangrena en la etapa más avanzada. Si la aterosclerosis ocurre en el corazón o en las arterias cerebrales, se puede manifestar como infarto al miocardo o accidente cerebrovascular.
Existen otras causas de esta patología, menos frecuentes, tales como: traumatismos; inflamación o arteritis de los vasos sanguíneos; alteraciones de la anatomía normal, o exposición a la radiación.
Tratamiento
Lo primero es la necesidad del paciente de consultar con un cirujano vascular y endovascular debidamente acreditado, para iniciar un tratamiento médico serio destinado a controlar los síntomas y factores de riesgo y a detener el avance de la enfermedad.
Para decidir el tratamiento, el cirujano vascular se basará en la edad del paciente, su estado general de salud y antecedentes médicos, además de la gravedad de los síntomas y su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias. El especialista también abordará un tratamiento intensivo de patologías como diabetes, hipertensión o hiperlipidemia, que podrían agravar la enfermedad.
Si la claudicación se hace invalidante o el paciente presenta heridas o gangrena, el cirujano vascular puede decidir mejorar el flujo sanguíneo mediante una intervención especializada, que puede ser una terapia endovascular mediante angioplastia – con o sin uso de Stent . o bien una cirugía abierta y la confección de un puente arterial o “bypass”.
Es muy importante mencionar que todo paciente con enfermedad vascular periferica, y con mayor razón aquellos que han requerido de un procedimiento de revascularización, requieren de un seguimiento médico estricto debido a que la aterosclerosis – su principal causa – es una enfermedad crónica y progresiva en el tiempo, la cual debe controlarse en forma periódica para detectar y tratar precozmente sus complicaciones.
Comments (0)
Dejar una respuesta
Debe de ingresar para publicar un comentario.