Es la primera mujer que se especializó como Cirujano Vascular en la Universidad de Chile, hace 14 años, y principal impulsora de un nuevo programa de formación en la especialidad, que se sumará a los dos ya existentes.
Corría el año 2005 y la doctora Sandra Osorio (45 años, casada) se convertía en la primera mujer en obtener la especialización en Cirugía Vascular Periférica en la Universidad de Chile. Un dato interesante si se tiene en cuenta que de los 102 especialistas en Cirugía Vascular y Endovascular que figuran actualmente en el registro de la Corporación Nacional Autónoma de Certificación de Especialidades Médicas, CONACEM, solo seis son mujeres.
Hoy, Sandra Osorio es jefe de Servicio de Cirugía en el Hospital San José (“me interesa también la parte de administración en Salud”, reconoce) y ejerce la especialidad en la Clínica de la Universidad de Chile Quilín y en el Centro de Referencia en Salud (CRS) de Maipú. Es, además, académica en las escuelas de Medicina de las universidades USACH y de Los Andes, y ha impulsado en esta última la creación de un nuevo programa de formación en Cirugía Vascular y Endovascular, que se sumará a los que ya realizan las universidades de Chile y Católica de Chile, cuyo primer período se iniciaría a fines de este año o en abril próximo.
Antes de cursar la especialidad, la Dra. Osorio se había titulado como Médico General en la Universidad de Chile, en 1999, y como Cirujano General en esa misma casa de estudios, en 2002. Posteriormente, completó su formación con una pasantía en Cirugía Vascular y Endovascular en el Hospital Virgen de la Salud de la ciudad de Toledo, en España, en el año 2009, y cursó además un MBA en Salud la Universidad Andrés Bello, un Master en Tratamiento Anticoagulante en la Universidad Católica de Murcia, y un Master en Bioética en la Escuela de Postgrado de Medicina y Sanidad Instituto Enesca, en España.
- Según datos relativamente recientes, el porcentaje de mujeres cirujanos en Chile es cercano al 10% y menor aún la proporción de mujeres especialistas en Cirugía Vascular y Endovascular, mientras que 1 de cada 2 egresados de Medicina actualmente corresponde a mujeres. ¿A qué atribuye Ud. este bajo porcentaje de participación femenina en Cirugía en nuestro país, en específico en el campo de la Cirugía Vascular y Endovascular, y de qué modo esto ha ido evolucionando?
Creo que eso ha ido cambiando desde que realicé ambas formaciones – la de Cirugía General y la de Cirugía Vascular – hasta hoy, donde ya se puede ver que existe un equilibrio en las postulaciones a la especialidad de Cirugía y también a la de Cirugía Vascular; incluso el año pasado se seleccionaron más mujeres que hombres en la beca de la Universidad de Chile, donde hay tres cupos y dos de ellos se lo ganaron mujeres, situación que también ha ocurrido en las becas de Cirugía General. En mi servicio (Hospital San José) hay 21 cirujanos y nueve de ellos son mujeres. En el fondo, ha habido todo un cambio de pensamiento y las mujeres hemos demostrado que podemos participar de igual a igual. Cuando yo postulé a Cirugía General, me decían que iba a ser muy difícil compatibilizar la vida familiar con las exigencias que implica ser cirujano, que el ambiente era muy competitivo, que las jornadas eran muy largas, etcétera. Hoy eso ha cambiado en la sociedad en general y ese mismo cambio se ve reflejado en el área quirúrgica. - ¿Cómo surgió la idea de este nuevo programa de formación?
Surgió desde la necesidad de contar con más especialistas en mi institución, donde desde 2018 soy la única especialista en Cirugía Vascular – nuestra especialidad es todavía deficitaria sobre todo en la salud pública -; lamentablemente no he podido incorporar otros colegas, por diferentes motivos, por lo cual pensé que la forma de contar con vasculares formados era siendo parte de un programa. El proyecto lo presenté a otros dos colegas, jefes de sus respectivos equipos en otras dos instituciones, para así poder ofrecer una formación completa en todos los ámbitos de la especialidad. Actualmente, el proyecto se encuentra bastante avanzado, la idea es implementarlo a fines de este año o comienzos del próximo. - En su caso personal, ¿qué particularidades la llevaron a tomar la decisión de ser Cirujano y de especializarse en Cirugía Vascular y Endovascular?
Nuestro foco está en el diagnóstico y tratamiento de las patologías vasculares, relacionadas con las arterias, las venas y los vasos linfáticos, que muchas veces tienen su origen en otras patologías, como diabetes, hipertensión, por ejemplo. Por eso digo que la nuestra es una especialidad médico-quirúrgica que tiene una amplia relación con otras especialidades, como Cardiología, Nefrología, Neurología, Endocrinología, etcétera, lo que permite tener distintas áreas de desarrollo y que hace que sea muy interesante y cautivadora. Además, requiere de una constante actualización de conocimientos y técnicas, debido a los distintos avances tecnológicos que van ocurriendo, especialmente en lo endovascular
Personalmente, lo que me gusta mucho es Trauma, pero en Chile no había ninguna beca de especialidad de Trauma y encontré que Cirugía Vascular era lo que más se aproximaba a lo que yo buscaba. De hecho, junto con ganarme la beca de la especialidad en la Chile, el año 2003, ingresé a la Posta Central, donde estuve cerca de diez años haciendo turno en Urgencias. - Como académica e impulsora del nuevo Programa de Especialidad Médica en Cirugía Vascular que impartirá la Universidad de Los Andes, ¿qué puede decirnos acerca de las habilidades, conocimientos y destrezas que identifican a la especialidad y que hacen recomendable consultar un Cirujano Vascular en caso de enfermedades de tipo vascular y no otra especialidad?
Como lo conversábamos recién, el Cirujano Vascular ve múltiples patologías, que tienen que ver con arterias, venas y vasos linfáticos, por lo cual una persona que se forma en esta especialidad adquiere una amplia gama de conocimientos en cada una de estas patologías, además de las destrezas necesarias para poder a llevar a cabo las diferentes técnicas tradicionales y endovasculares, todo lo cual lo reciben durante la formación. Incluso la nuestra es una especialidad que requiere estar en constante actualización de esos conocimientos; es decir, requiere que estemos siempre estudiando y autoformándonos para ponernos al día, sobre todo en los avances que se dan en la parte de cirugía endovascular, donde permanentemente se van creando nuevos dispositivos, nuevas técnicas. Esa preocupación por la autoformación es una de las cosas que debemos estimular en los becados de nuestros programas de especialización. El Cirujano General no tiene los conocimientos que se adquieren durante nuestra especialización. En las patologías vasculares, especialmente las más complejas como aneurismas y otras, puede ser de alto riesgo no consultar con un Cirujano Vascular. Uno tiene que ser muy responsable con lo que ofrece a los pacientes. - ¿Qué papel debiera jugar Sochivas para incentivar una mayor participación femenina en la formación de nuevos especialistas y para acercarse más a la comunidad?
Como señalé antes, en los últimos años ha aumentado el número de mujeres que han ganado los cupos de los distintos programas de formación en Cirugía Vascular que existen. Es importante que todos, tanto hombres como mujeres, una vez recibidos y dado los exámenes de certificación de cada universidad, se hagan parte de Sochivas, para que esta crezca y se fortalezca. Hay una responsabilidad de las propias colegas en eso, como también de la Sociedad en convocarlas. Es importante estar en la Sociedad, ya que eso contribuye a validarla como un referente de nuestra especialidad frente a la comunidad, y porque es una forma también de asegurar la calidad.
Respecto a cómo acercarse a la comunidad, la Sociedad hace actividades tipo jornadas o cursos a nivel de salud primaria o de médicos generales, que se han incrementado este año y van en ese sentido.
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